1) Se pone una sartén de tamaño adecuado en el fuego con el aceite y cuando está caliente, se echa la carne y se rehoga durante unos 10 minutos, vigilando que no se queme. Después se añaden las cebollas y los ajos, todo picado muy finito, y se rehoga otros diez minutos con la sartén tapada.
2) A continuación se añade el tomate, el laurel, el vino, medio vaso de agua y un poquito de nuez moscada; se deja hervir a fuego lento durante unos 40 minutos, con la cazuela tapada, vigilando que no se quede seco. Si hiciera falta, se añade un poco de agua caliente.
3) Cuando la carne esté tierna, se le pone la sal y un poco de pimienta y se deja hervir otros cinco o diez minutos y ya se puede servir.
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